UNA NOCHE DE VERANO

 Este suceso ocurrió en el mes de Agosto de 1988. Por aquel entonces yo tenía 5 años y junto a mis padres y el resto de mi familia, estábamos pasando los meses de verano en un chalet que tenían mis tíos en un pueblo de Valencia, Siete Aguas. Más adelante ya os contaré algunas de las experiencias que mi familia vivió en aquel chalet y la historia que tiene.

Mi hermano era el único que aún no había venido al pueblo.

Era un domingo por la noche y había dejado en casa a su novia. Prefería dormir en casa y ya en la mañana siguiente reunirse con nosotros en el chalet.

Como ya conté en una de las historias anteriores, la finca donde vivíamos, era de tres alturas y en cada una de ellas había un departamento. En el primer piso vivía el hermano de mi padre, nosotros en el segundo piso y el hermano de mi madre en el tercero. 

Siendo Agosto, la finca estaba vacía. Mis tíos se habían ido cada uno a sus respectivos lugares de vacaciones.

Al llegar a casa, mi hermano se hizo algo de cenar y se puso a ver la televisión tranquilamente. No corría ni pizca de aire, en Valencia las noches de verano son muy calurosas. Se le hicieron las dos de la madrugada cuando decidió irse a la cama. 

Antes de dormirse, cerró la verja de la terraza que estaba justo al final del comedor y del departamento. En el comedor había una puerta que daba a dos habitaciones, la de mis padres y la de mi hermano que la compartía conmigo y el baño de la casa. Como hacía tanto calor y tanta humedad, dejó únicamente la ventana de nuestra habitación abierta para ver si entraba algo de aire y podía dormir a gusto.

Al acostarse en la cama, sintió una corriente de aire dentro de la habitación. La corriente de aire era fuerte y con un aire frío. Mi hermano lo primero que pensó fue en una tormenta de verano. Se levantó y fue a comprobar si fuera en la terraza estaba lloviendo. Abrió la verja y al salir el calor pegajoso de una noche de verano fue lo único que sintió.

Extrañado, volvió a entrar en casa y a cerrar la verja de la terraza, cuando de repente la luz del comedor que había dejado encendida antes de salir a la terraza, se apagó. No le dio mayor importancia, pensando en que se debía a un fallo eléctrico. 

Todo cobró más relevancia cuando volvió a encender las luces del comedor y las puertas de la cocina, de las habitaciones y del salón que había al principio de la casa empezaron a azotarse, como movidas por la corriente de aire gélido, que ya no sólo estaba en nuestra habitación, si no que recorría toda la casa. Aparte de las puertas, empezó a oír unos golpes que procedían de las paredes y de las puertas que se movían solas.

Corrió por el pasillo, mientras las puertas se abrían y cerraban a su paso y los paredes del pasillo eran golpeadas, para salir a las escaleras de la finca, creyendo que igual los golpes venían de alguien que se hubiera colado en el edificio y estuviera por las escaleras. Cuando salió de la casa, todo paró de repente, como si nunca hubiera sucedido. Exploró el edificio en busca de posibles intrusos y una vez se cercioró que estaba completamente sólo en el edificio, volvió a entrar en la casa.

Nada más cruzar el umbral de la puerta que daba al recibidor y girar para encarar aquel largo pasillo, la corriente de aire frío volvió a inundar la casa y esta vez los golpes en las puertas y en las paredes se intensificaron. Todo se volvió mas violento. Mi hermano, asustado corrió a su habitación para recoger la bolsa que había preparado para llevarse al chalet y las llaves del coche. Mientras corría por el pasillo, cogía sus cosas y se preparaba para salir de la casa, empezó a oír unas voces ininteligibles.

Como pudo cerró toda la casa y salió con el coche a las 4 de la madrugada camino al chalet.

Pasó desde las dos de la madrugada hasta las cuatro, que ya decidió marcharse, dos angustiosas horas de fenómenos paranormales. Nunca ha pasado tanto miedo y aún a día de hoy cuando nos cuenta la historia que vivió, nos asegura que jamás lo ha pasado tan mal como esa noche.

Algo está claro y es que en esa casa que vivimos hasta 1997, ocurrieron muchos fenómenos extraños.

Puede ser debido a la historia que hay detrás de la casa, antes de que mis padres la adquirieran. 

Aparte de creer que algunos miembros de mi familia tienen cierta sensibilidad para apreciar estos sucesos. No es mi caso, porque salvo esa historia de la señora que se me aparecía en sueños cuando era niño, no he vivido nunca ninguna experiencia siendo ya adulto. 

El caso es que hay algo más que la vida que conocemos, ya sean ecos de otro tiempo, realidades que se superponen o algo que viene del más allá.

Gracias por dedicar vuestro tiempo para leerme. La semana que viene contaré cuál es la historia que tiene la casa donde nos ocurrieron todos estos fenómenos.


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