VOCES

 ¡Hola!, aquí estoy de nuevo para traeros una semana más, otra historia extraña que mi familia sufrió hace algunos años.

Ocurrió a finales de los años 80. Esta vez mi hermana, ella es la más sensitiva de mi familia, tenía 16 años y estaba con una amiga en casa.

Era sábado por la tarde, mis otros hermanos no estaban en casa y mis padres se habían ido de compras al supermercado conmigo, por lo que ellas estaban solas.

Las dos pasaban la tarde viendo la televisión en la cocina , cuando de repente oyeron un fuerte golpe. Imaginaban que el golpe venía de los vecinos de arriba, por lo que no le hicieron mucho caso.

A los pocos minutos empezaron a oír el ruido de una silla arrastrando, el ruido provenía de las habitaciones y poco a poco se acercaba por el pasillo dirección a la cocina, donde ellas estaban.

Las dos se asustaron mucho al oír ese ruido y mi hermana, desde la cocina, gritó -¿Quién es?

Cada vez se oía más cerca y mi hermana y su amiga estaban más aterrorizadas.

Volvió a preguntar quién estaba ahí y se oyó una voz muy profunda, rasposa y que arrastraba las letras al hablar, como si le costara pronunciar las palabras. La voz pronunció el nombre de mi hermana.

Al oír la voz, mi hermana reconoció a mi tía Isabel. Nuestra tía Isabel había fallecido unos años antes y ella siempre para moverse por casa, debido a que le costaba andar, iba arrastrando una silla.

Las dos niñas, salieron corriendo de casa llorando y gritando del miedo que tenían. Bajaron las escaleras para llegar a la calle. 

Se quedaron esperando fuera de la casa esperando a que mis padres volvieran de la compra.

Cuando llegaron y se encontraron a las dos niñas en la calle, asustadas, mi padre les preguntó que había ocurrido.

Mi hermana le dijo muy asustada que la tía Isabel estaba en casa, que había oido como la llamaba y el arrastrar de la silla.

Entonces mi padre se giró a mi madre y le dijo, - ¿Ves Lola como no soy el único que la escucha?

Desde entonces la amiga de mi hermana nunca más subió a nuestra casa, siempre se quedaba en la calle esperando a mi hermana.

Gracias por dedicar vuestro tiempo a leer los sucesos que nos han ocurrido. Os espero la semana que viene.